
El pasado 14 de Marzo, en un ambiente más que Primaveral, tuvo lugar la V edición de la tradicional ruta del Vino de Moclava. En esta ocasión visitamos la Bodega “Hoya de Cadena”, de la denominación de origen Utiel-Requena, perteneciente a la familia Gandía. Sin dudarlo calificaría esta ruta como una de las más atractivas y divertidas de cuantas hemos celebrado hasta el momento.
Por fin, ya era hora. Ni agua, ni frío, ni niebla. En la edición del presente año 2009, la climatología quiso hacernos felices, pues en un habiente más que primaveral, los más de cuarenta retromoteros que nos reunimos en esta ocasión, partimos en dirección a Buñol en torno a las nueve de la mañana. Tras reunirnos con otro grupo de aficionados en el área de servicio de esta población, pusimos rumbo al Restaurante de las Ventas de Buñol, donde nos tenían preparado un copioso almuerzo del que dimos buena cuenta. Al reinicio de la ruta, entramos en el trazado del antiguo portillo de Buñol, actualmente convertido en vía de servicio, donde nos dimos el gusto de curvear a buen ritmo. Tras cruzar Requena y Utiel, entramos en la Bodega “Hoya de Cadena”, perteneciente a la denominación de origen Utiel- Requena, donde nos esperaban sus simpáticas guías para acompañarnos durante toda la visita.
Esta bodega tiene preparado un sistema de visitas en sus instalaciones, en el que de modo organizado te aposentan en un falso trenillo (sin vías) que recorre gran parte de la finca, desde el que se pueden ver los extensos viñedos y olivares centenarios que la pueblan; mientras en el tranquilo discurrir de su lento paso, escuchas por megafonía la historia y evoluciones de esta posterior que representaba, con sus cocinillas y corrales, la esencia de la vida de antaño. Tras otro corto tramo sobre el tren chuchú, donde las risas, bromas y fiesta no cesaban, llegamos a la bodega. Al pasar a sus instalaciones pudimos conocer de primera mano el proceso de elaboración de los caldos de esta firma, para lo que se entregan a un esmerado proceso de control y estudio constante.
Otro tramito de tren y accedimos a la enorme sala subterránea donde se envejecen los caldos de esta firma. Al pasar a estas dependencias, quedamos asombrados de la cantidad de barricas de roble que se apiñan en su interior y correteando sus pasillos, pudimos embriagarnos del olor a madera y vino que flotaba en el ambiente, que sumado al frescor del aire nos hacía recuperar el resuello perdido por el calor de la superficie. Acto seguido, todavía en estas mismas dependencias, pasamos al interior de la sala de degustaciones, lugar donde con la ayuda de nuestras guías, procedimos a hacer la cata a un total de cuatro diferentes caldos.
Tras emerger a superficie, un ratito de tertulia y el intenso calor que hacía, nos hicieron rebajar rápidamente la graduación de alcohol en la sangre, para reiniciar la ruta en dirección al Restaurante “Casa de la Abuela” de Utiel, donde comimos los manjares típicos del terreno: atascaburras, morteruelo, gazpachos y diversos frutos del campo convertidos en jamón… es que estamos a dieta. Los postres y el café dieron por concluido nuestro banquete y de allí a la moto, a rebajar la comida con el traqueteo. El regreso a casa se dividió en varios grupos, atendiendo cada cual a sus obligaciones: un grupo tomó la autovía en dirección a Valencia y el otro se introdujo en bonitas carreteras de montaña para visitar el pantano de Benageber y acceder a Tuejar; regresando a casa casi al anochecer.
La quinta edición de Entre Copas ha sido inolvidable. Lo hemos pasado como niños… correteando, bromeando y jugando… y todo ello en la perfecta armonía creada por un Club de amigos, en el que el buen ambiente y el respeto por el prójimo es nuestra clave secreta. Si te gusta nuestro estilo y crees que congenias con nosotros, no lo dudes, apúntate a las Rutas de Moclava, por que ya sabes… quien se apunta lo vive y a quien se lo cuentan se lo pierde. Te esperamos.
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