Alcanzar sueños, vencer tópicos, lograr metas… han sido históricamente algunas de las grandes aspiraciones de las empresas cuando están en fase de expansión. Pero como toda acción empresarial, suele llevar adosado un extenso capítulo de riesgos, que a veces es indebidamente sopesado; por ello, el hecho de tratar de superarse, condujo a la firma Iso a una situación que debía de haberla catapultado al Olimpo y sin embargo la hundió en la más dolorosa ruina. Lo más triste fue que al pasar de la gloria al fracaso; tan solo oyó… el silencio de su motor bipistón.
La moda Italiana que llegó a Madrid
En el difuso mundo industrial, a veces cuesta de asimilar, que una empresa cuyos primeros productos nada tuvieron que ver con el mundo de la automoción, terminase empleando sus instalaciones en la fabricación motos, microcoches, camiones e incluso automóviles de lujo. Un ejemplo aplicable de este raro fenómeno, es la firma Italiana Isothermos, en la que vamos a emplearnos en el presente estudio.
Esta empresa fue fundada en el año 1942 por el Conde Renzo Rivolta. Se trataba de una compañía, que fabricaba radiadores domésticos de calefacción y maquinaria frigorífica, cuya ubicación tubo lugar en la ciudad de Bresso, población perteneciente a la provincia de Milán, situada al Norte de Italia; concretamente dentro de la región de Lombardía. Sus primeros pinitos en el mundo del transporte, los hizo elaborando diversos accesorios para el sector ferroviario, pero habría de esperar hasta 1948 para que este hombre se introdujese en el campo de la motocicleta, para lo que decidió cambiar su denominación comercial por otra más acorde a la nueva actividad, pasando a denominarse Isomoto. El primer modelo que lanzó al mercado, era un Scooter de tecnología ajena. Su nombre era “Furetto” y debido a que tenía una acusada escasez de energía en su mecánica, sumada a una estética horrorosa, fue rápidamente eliminado del mercado. A partir de este momento, para no anotar dos historias paralelas en las que tan solo varía la cronología; creo más interesante que nos centremos en la evolución de la filial que se desarrolló en nuestro País paralelamente a la firma madre, ya que al fin y al cabo es la que fabricó la Iso 150 GT que os traigo en este ensayo.
La constitución de la filial que daría lugar a la fabricación de los diferentes modelos de ISO en España, fue licitada el 18 de Abril de 1952, con el nombre de “ISO Motor Italia S. A.”, aunque habría que esperar a tener las instalaciones listas, para que en 1953 se pudiese ver rodar la primera motocicleta Iso nacional. Esta delegación fue fundada por don Sinforiano Echeverría, un hábil industrial que consiguió la autorización, para replicar los productos de la firma madre Italiana en nuestro territorio. La factoría fue ubicada en el Madrileño barrio de Carabanchel; se trataba de una moderna fábrica que contaba con una extensión total cercana a 20.000 metros cuadrados y cuya capacidad de producción sería demostraba de inmediato, pues al poco de ponerse en funcionamiento, estaba produciendo algo más de mil motocicletas al año. Los modelos iniciales fueron el longevo Isoscooter, que prolongó su vida por encima de los doce años y una moto de 125 cc, que se destacaría por su reducido tamaño, ya que tenía ruedas de 14 pulgadas; aunque eso no le impedía disponer de un innovador motor que le permitía alcanzar los 80 Km. a la hora.
Al mismo tiempo, esta enérgica empresa ya tenía preparado en Italia el diseño de su primer coche: el carismático Isetta que tantas páginas de historia ha llenado. La primera moto con rueda de 19 pulgadas se puso a la venta en el año 1954, su denominación comercial fue T 19 y perduró en el mercado hasta 1958. En el mismo año 1954 llegó el primer motocarro de esta firma, que años más tarde demostraría un gran interés por el sector del transporte de mercancías; se trataba de un dos ruedas detrás, con motor de 125 cc capaz de desplazar 300 kg de carga. Llegado 1956 este armatoste creció, pasando a llamarse Isocarro 200, aunque su motor en realidad contaba con 150 cc. y la capacidad de carga aumentó hasta los 400 kg. Esta marca, durante toda su trayectoria comercial, se destacó por hacer caso omiso al sector de las motos de lujo, aunque se permitió el pequeño exceso de fabricar una deportiva de pretensiones humildes: se trataba del modelo C, llamada popularmente “la blanca”; era una máquina que en el año 1958 montaba una mecánica con la que podía alcanzar los 90 Km a la hora de punta, gracias a sus 6´7 CV. de potencia. Dos años después, durante 1960, esta moto fue remozada por medio de la instalación del motor 200, de 150 cc, gracias a lo que alcanzaba la velocidad punta de 97 Km/h.
Conforme avanzaba la dura década de los sesenta, en su infatigable búsqueda de la economía, nuestro fabricante lanzó un nuevo modelo de moto de rueda pequeña: la Iso Gran Turismo Lujo de 125 cc, presentandola en 1961. A partir de ese momento, debido a la gran competencia que existía en el sector de las dos ruedas, la marca Iso se centró en el sector del mercado que más beneficios le reportaba: el transporte de mercancías, destinando la mayoría de sus líneas de producción a la fabricación de los motocarros Furia y Titán, en los que se llegaron a montar mecánicas de 250 cc. Se trataba de unas máquinas muy robustas y fiables que se exportaron en buena cantidad. Animado por los resultados positivos del sector transportes, esta firma adquirió la licencia de fabricación de los camiones Alemanes Borgward, por lo que definitivamente en el año 1965 cesó la fabricación de motocicletas. La dura realidad daría un revés a Iso, ya que la vida de la firma se reprolongaría poco más, pues por culpa de la deficiente calidad de estos camiones, que resultaron ser nefastos y que los motocarros se vieron rápidamente desplazados por otros vehículos mejor preparados, la firma Isomoto quedó descapitalizada y se vio abocada al cierre definitivo en el año 1968.