Extensas odas repletas de maldades perturban tu limbo. Son historias que narradas por necios y envidiosos, tratan de retorcer tu gloria en los rincones de culto de los falsos de espíritu. Dicen estas malas lenguas, que para no ser poseída por los pobres… altiva, te acomodaste entre las gruesas billeteras y que finalmente, como castigo por tu soberbia, terminaste por no ser nadie. Sin embargo, son estas las mismas bocas viperinas que babean a tu paso o… incluso ante cualquier réplica tuya.
Los avatares de la vida llevaban marcando los senderos que la firma de MV había recorrido desde que en 1907, el conde Agusta formase la empresa “Costruzioni Aeronautiche Giovanni Agusta”. En sus inicios las instalaciones de esta compañía se dedicaron a fabricar artilugios dedicados a surcar los aires, aunque la mala suerte detendría su progresión, pues en poco tiempo se vieron inmersos en las dos grandes contiendas bélicas mundiales; quedando en sendas ocasiones sus instalaciones arrasadas. Finalizada la segunda guerra mundial, Italia corría la misma suerte que la mayoría de los países Europeos, es decir que tenía necesidad de medios de transporte económicos, lo que facilitó la creación de multitud de compañías relacionadas con el transporte de dos ruedas. Fue en el año 1945, cuando desde su recién creada rama motociclista con sede en la ciudad de Verghera, cuyo nombre era “Sociedad Anónima M.ecánica V.erghera”, nació la primera motocicleta MV Agusta, que recibió el nombre industrial de 98 2T.
En los sucesivos años, esta firma avanzó tecnológicamente a pasos de gigante y llegados los años cincuenta, los avances tecnológicos de esta firma estaban compuestos por complejas máquinas de 350 y 500 de dos, cuatro y seis cilindros, con las que en la década de los sesenta, arrasaron en todos los circuitos del mundo, masacrando a todo adversario. A pesar de ello, los productos que MV lanzaba al mercado, distaban mucho tecnológicamente de sus máquinas de carreras; puesto que salvo algunas excepciones, el catálogo general de esta firma estaba compuesto de sencillas máquinas monocilíndricas de baja cilindrada.
Nuestra protagonista fue una excepción; una glorificadora licencia que MV se permitió como premio, para escapar de aquella aburrida política mercantil conservacionista. Con esta máquina, MV entregó a sus adeptos más pudientes una moto de calle, dotada de propulsor cuatro cilindros con doble árbol de levas en culata y transmisión por cardan, que era cosecha de su filosofía vencedora y que tenía como objetivo el premiar a un reducido grupo de distinguidos y acaudalados adeptos a tan honorable firma.
A pesar de que durante el Salón de Milán del año 1950, se presentó una 500 de cuatro cilindros para la calle derivada de las máquinas con las que Provini, Ubbiali y otros pilotos obtenían triunfo tras triunfo, habría que esperar al año 1965 para ver la primera máquina tetracilíndrica de serie producida por MV. Se trataba de un modelo con 600 cc, que por culpa de una desgraciada estética y su elevado costo de venta, tubo una nefasta acogida. El proyecto 750 S, vio la luz a finales de1969, en realidad… era algo tarde, pues tuvo que codearse con sus homólogas orientales: unas máquinas que comenzaban a acopiar prestigio, pues sus mecánicas habían pasado a un estadio superior y su parte ciclo era como poco, igual de perfecta que la de nuestra protagonista; por no hablar del precio de venta, que era la cuarta parte del costo de la artesanal MV.
Con posterioridad a esta, el lanzamiento de su hermana GT 750, pondría en 1971 una máquina de calle capaz de alcanzar los 200 Km/h gracias a sus 69 CV de potencia y se anunció una versión Super Sport que prometía ¡¡260 Km/h!! cosa nunca vista hasta entonces. En las carreras, los resultados empeoraron cuando Paul Smart y Bruno Spaggaiari, vencieron en las 200 Millas de Imola sobre sendas Ducati 750 SS al poderoso Agostini, que cabalgaba sobre una flamante MV 750 S absolutamente carenada. Para más Inri, el mercado se ponía cada día más duro por culpa de los nuevos modelos procedentes de lacompetencia oriental, como la Honda CB 750. Además MV perdió a su piloto estrella: Agostini, que se convirtió en su oponente a los mandos de las rapidísimas Yamaha OW 31. Corría el año 1975 y por entonces, MV ya no vencía en los circuitos como antaño y… aún así, se aventuró a lanzar la versión 750 Sport América. Una versión en la que gracias a diversas mejoras y a una pequeña subida de cilindrada se conseguían 75 CV de potencia. Aquella firma que años atrás no quiso poner en el mercado la tecnología que le hizo ganar la gloria, se introdujo en el mercado de la motocicleta de gran cilindrada cuando otros fabricantes le habían ganado el terreno, era demasiado tarde y se vió abocada al cierre de sus instalaciones en el año 1980.
Buscando planteamientos para crear una MV bastarda
A lo largo de las últimas décadas, el mundo de las réplicas se ha convertido en una afición apasionante que gana adeptos día a día. Antaño, la sensación que tenía un aficionado al presentar una réplica en sociedad, era una rara mezcla entre resignación y vergüenza, que venía de antemano apuntillada por la mala acogida que la propia máquina tenía en sociedad. Esto sucedía por que el subconsciente de nuestro retro-colectivo, tenía formado un egoista estereotipo que promovía que cuando no eras propietario de una unidad original y te conformabas con una réplica, en realidad eras un “matao de esos que… quieren y no pueden”. En esta vida todo evoluciona y como no podía ser de otro modo, nuestra calificación a este respecto ha pasado a un estadio superior. Ahora, más que aceptar… adoramos a las réplicas y sabemos entenderlas como un nuevo apartado que enriquece aun más si cabe nuestra carismática afición.
Además, has de saber que a petición del propio mercado, son múltiples los artesanos que se están dedicando a recrear con fines comerciales las viejas máquinas del pasado: en nuestro país Armando Molí y Javier Pérez de la Vega, llevaron a buen puerto la producción de una bonita y eficiente réplica de la Bultaco 350 TSS bajo el seudónimo de AJR. A su vez Freddy Sanjuán se está empleando en replicar la OSSA 250 de admisión por válvula rotativa que esta firma empleó como moto oficial con Santi Herreros. A nivel internacional, el artesano Inglés George Beale recrea con gran exactitud las viejas Matcles G 50 por 36.000 E, así como la AJS 7 R y diversas máquinas Italianas de los años 40 y 50. Por su parte el mítico preparador Italiano de Módea Magni, pone a disposición de los posibles compradores, al módico precio de 300.000 E (50.000.000 millones de pesetas) la réplica exacta de la MV 750 S original que veneramos en este artículo. De la que funde, mecaniza y fabrica hasta el último tornillo. Por otro lado y solo por pura afición, son multitud los aficionados que transforman sus máquinas en la versión de carreras de su propio modelo que dispuso el fabricante en cuestión.
Nuestros técnicos de Ibertrans (Ibérica de transformaciones), Pascual Gil padre e hijo, están profundamente orgullosos con su creación; ya que cumpliendo su premisa de crear motos para disfrutarlas en el asfalto, no en una vitrina, han sabido estructurar una réplica de MV Agusta 750 S, que se ha convertido en unamáquina tremendamente competitiva a la hora de emplearla en las carreras de clásicas y a su vez profundamente carismática. La base empleada para construir esta máquina es la misma que se utiliza en Inglaterra: la Suzuki GS 750. Pero… entremos en detalle en orden, aplicándonos en primer lugar en su apartado de mecánica y posteriormente nos introduciremos en los grandes secretos empleados para crear su silueta.